jueves, 22 de octubre de 2009

RELATORÍA Ciudadanía

Por: Juan Diego Ávila y Óscar Javier Fajardo

Lectura: “Ciudadanos y Derechos Humanos”, Exposición

Integrantes: Maholy Fernanda Muñoz y Brigitte Donado
Fecha: 5 de agosto de 2009.

Reflexión:
Durante la historia de la humanidad, el hombre se ha catalogado y se ha identificado como: Un individuo, una persona y un ciudadano. Este proceso de caracterización ha venido enmarcado por causas y procesos históricos que ha venido liderando el mismo hombre.

Remontémonos a las civilizaciones antiguas como Grecia, y el ya decadente Imperio Romano en los siglos VI y V. Grecia por ejemplo, gozaba ya del atributo de ciudadano dentro de su marco político adentro de su pueblo. Prueba de esto se ve en sus ya configurados Ciudades- Estados, donde lo ciudadanos gozaban de la posibilidad de expresar su pensamiento acerca del gobierno de la Polis.

En el Imperio Romano o la República romana, se tenía el mismo atributo, pero de forma más restringida y vigilada. Esto se puede ver con el rezago que se le tenían a los extranjeros y las formas de cohibir los derechos de los mismos.

Dentro de la tesis de la exposición podemos mencionar de manera primitiva, pero no por ello impertinente, que el Estado de Derecho ya consolidado siglos más adelante, en las lecturas se menciona un catálogo de derechos que este mismo ente tiene la obligación de conservar y garantizar. Dando pie para delimitarlo por ciertas categorías como: Lo histórico, lo jurídico, lo social, lo político y lo cultural.

Es de importancia también mencionar que el contexto en el que se da el Estado de Derecho, es en pleno auge de la Revolución Francesa (1789). Donde ya se empiezan a tratar conceptos como: Libertad, igualdad y fraternidad. Pilares básicos para la construcción de sistemas políticos democráticos, que se conforman por instituciones que regulan y administran el derecho.

El primer eje que se debe tener en cuenta al hablar de democracia, es el ciudadano como entidad que posee de manera simbólica y en la práctica un catálogo de derechos de carácter diverso y plural, y por el momento (en la época), se les consideraba enciclopedistas.

En el proceso y el método de la exposición se precisaron conceptos como sociedad; que para el autor de la obra y para las expositoras, es la identificación de personas con la noción de individuos. Donde estos últimos reencarnan la noción de ciudadanos y llegan al estado denominado sociedad. No olvidando eso sí uno de los catalizadores más importantes en ese tiempo y en el día de hoy: El bien común y la igualdad.

Vendría con Rousseau y su corriente, la concepción del pacto social en un ambiente democrático entre gobernados y gobernadores. El cual consiste en un contrato simbólico o el voto actualmente, en el que el ciudadano da la vigencia y el permiso para que esa persona que controla el poder, haga valer sus derechos, los garantice y los mantenga dentro de un marco constitucional.

Mucho tiempo después de la Revolución Industrial (Siglo XIX), y la Segunda Guerra Mundial, se consolida la Carta de los Derechos Humanos, tramitada por las Naciones Unidas con el ánimo de que no volviera a suceder algo de esa magnitud (genocidio del pueblo europeo).

Estos derechos se clasifican en tres:
Primera Generación: son los derechos que privilegian las libertades civiles y políticas de las personas.

Segunda Generación: Son los derechos que no están postulados ni remitidos en las constituciones de los países que firman la carta. Entonces necesitan de cooperación internacional para su total vigencia. Y privilegian el bienestar y el bien común del ser humano.

Tercera Generación: Son los que velan por el medio ambiente y las condiciones ambientales que necesita el ser humano para poblar sobre la tierra.

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